El sello Open City, ahora bajo el amparo de Editorial Gradiente, nos ofrece tres potentísimas novedades para este diciembre. Se trata de Soy tu vicio (Daniel Aragonés y Francisco Santos Muñoz Rico), La isla del centro del mundo (Francisco Santos Muñoz Rico) y Júpiter bajo el crescógrafo (José Luis Pascual).
Dos corrientes de magma confluyen en un lago volcánico. Profundidades poéticas, orígenes primigenios, corrientes destructivas y caóticas. Núcleo creativo de un monstruo bicéfalo.
Francisco Santos Muñoz Rico y Daniel Aragonés, hijos de un dios menor. Exterminadores de mentiras y falacias. Amigos de un viento de fuego y sorna. Ellos son poesía. Y este es su legado.
Soy tu vicio es un poemario sangrante y parido a cuatro manos entre Daniel Aragonés y Francisco Santos Muñoz Rico. Si ambos autores han dado ya amplia muestra de su dominio del género poético, es cierto que lo han hecho desde dos posiciones bien distintas. Daniel Aragonés, autor de poemarios como No o Edenfobia, suele apostar por el realismo sucio, la metafísica y el surrealismo en sus obras. Francisco Santos Muñoz Rico posee una concepción más clásica y, si acaso, más lírica del terreno poético, demostrada en Vector oculto, Injertos, Metástasis o Canciones para que no las cante Javier Bergia.
La unión de ambos, segunda consecutiva tras Cuaderno rojo, solo puede significar una nueva vía inexplorada. En esta obra, la intención es que la autoría de las piezas incluidas sea indistinguible, es decir, que el lector no puda identificar a cuál de los dos autores pertenece cada una. ¿Lo lograrán? Hazte con el libro para salir de dudas.
Un hombre emprende un viaje, más allá de su propia carne, hacia el místico lugar al que todos los buscadores de la verdad de todos los tiempos han anhelado llegar. Pero esto sucede a ritmo de pulp, a ritmo de Robert Howard rebotando contra Joseph Conrad… y al mismo tiempo a ritmo, casi, de pequeño ensayo metafísico: solo Francisco Santos es capaz de maniobrar esta nave.
La segunda novedad del prolífico e incansable Francisco Santos Muñoz Rico es una novela breve de aventuras. La isla del centro del mundo rinde justo homenaje a dos de esos nombres inmortales que, de un modo un otro, siempre están presentes en la obra de Francisco: Robert E. Howard y Joseph Conrad. El espíritu de estos dos gigantes convergerá con el estilo propio de un autor que, además, otorga a la novela un componente metafísico de enorme calado.
Además, como “extra oculto”, podemos desvelar que La isla del centro del mundo esconde en su interior otra novela. Dejamos que sean los lectores quienes descubran ese complemento tan especial.
¿Por qué no el horror entre las sílabas?
¿Por qué no el vértigo en la espuma del café?
¿Por qué no el cosmos bajo la pesadilla asfáltica?
Aquí se esconde un compendio de textos alienígenas e indescifrables, una guía de viaje hacia el absurdo y el surrealismo más excesivo. Se presiente un terror de carácter experimental en estos escritos, quizá tan solo la exéresis de lo cotidiano en un cuerpo celeste infectado. Sentirá el lector un desprendimiento de rumor de tren por toda la piel.
Esta es la realidad desleída que se manifiesta en los pliegues de la superficie cuando observamos Júpiter bajo el crescógrafo.
Tenemos aquí el esperado debut en solitario de nuestro redactor jefe José Luis Pascual. Dicen que las primeras obras han de ser tu particular golpe sobre la mesa, y Júpiter bajo el crescógrafo es definitivamente un golpe inesperado que inventa, reinventa y destruye a su antojo las normas literarias. ¿Alguna vez os habéis preguntado cómo sería trasladar el más delirante sueño a un texto? Aquí tenéis la respuesta.
Además, no falta el terror pesadillesco y la constante generación de imágenes dañinas, poéticas y transgresoras en una suerte de metralleta de repetición apuntando a todos lados. ¿Podemos estar ante la primera obra de poesía alienígena? Posiblemente.
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Que nos los quitan de las manos, señores, hagan sus pedidos para Navidad.