Florence Anne Lemon Balcombe nació en Irlanda en 1858 como fruto del matrimonio del teniente coronel James Balcombe y Phillipa Anne Marshall. Es probable que el nombre de Florence fuera un homenaje a Florence Nightingale, considerada como la precursora de la enfermería profesional contemporánea, ya que el teniente coronel James Balcombe había participado en la guerra de Crimea.
Durante la época victoriana, muchas estrellas literarias se conocían entre sí y mantenían relaciones estrechas, a menudo de por vida. Lady Jane Wilde, escritora, poeta, que escribió bajo el seudónimo de Speranza; y feminista, vivía en Irlanda y era conocida por reunir a un grupo de intelectuales en su casa. Florence asistió a estos salones literarios y entabló amistad con algunos de los artistas más respetados de la época. Participar en este ambiente cambió su vida para siempre.
En aquella época, el hijo de Lady Jane, Oscar Wilde, era un soltero elegible. El joven viajaba con frecuencia a Inglaterra y, en ocasiones, aparecía en las veladas literarias de su madre. Florence, a pesar de estar desprovista de dote, llamó la atención de Oscar Wilde. Wilde se refirió a ella de este modo: «Tiene solo 17 años, con la cara más perfectamente hermosa que he visto, y ni una sexta de dinero».
Considerada alta en el estándar del siglo XIX con 1,70 metros de altura, cabello castaño claro y una silueta esbelta, Florence se ajustaba a la definición victoriana de belleza femenina. Pero, con otras cuatro hermanas aproximándose a la mayoría de edad y sin dinero para atraer a un cónyuge, Florence sabía que debía ser cuidadosa a la hora de elegir marido.
Florence Balcombe
Durante una de sus apariciones a las tertulias de su madre, Oscar Wilde coincidió con Florence. Él se ofreció a acompañarla a la iglesia y ella aceptó. En una carta a un amigo, se jactaría de la belleza de su dama. No tardaron en asistir juntos a eventos sociales, ya fuera en la casa de su madre o en la ciudad. Oscar le regaló una cruz de oro, que tenía sus iniciales grabadas. También le envió a «Florrie», como la llamaba cariñosamente, un cuadro que pintó durante unas vacaciones, en la casa de verano de su familia en el condado de May.
Sin embargo, Florence se estuvo viendo con otra persona durante el noviazgo de dos años que mantuvo con Wilde. Una de las veces en que Oscar se ausentó de la ciudad, apareció un nuevo miembro en el salón literario de Lady Jane: Bram Stoker. Florence Balcombe, de diecinueve años, comenzó un noviazgo con el autor de Drácula, de treinta y un años. Es irónico que fuese la propia madre de Oscar Wilde quien presentara a su nuera al que terminaría por convertirse en su futuro marido.
Wilde, alejado de Dublín, no lo vio venir. Las cartas a su novia indican su ansiedad por el hecho de que su correspondencia hubiera cesado de repente. Cuando se enteró del motivo de esta interrupción, no se lo tomó nada bien. Le exigió a Florence la devolución de la cruz de oro que le había regalado. De hecho, el certificado de matrimonio demuestra que Florence vivía en aquel momento en la casa del hermano de Bram Stoker, un doctor en medicina.
Esta historia podría haber terminado aquí, pero la vida es más complicada que todo eso. Bram Stoker se sentía amenazado por la presencia de Oscar Wilde. A lo largo de su vida, tuvo la impresión de que Wilde podía perjudicarle en su matrimonio o en su reputación. Esta sensación se agravó cuando el autor de El retrato de Dorian Gray fue arrestado por «indecencia grave». El hecho de que esta acusación sobre Wilde coincida con el momento en el que Stoker escribió una historia sobre una amenaza generalizada a la moralidad de los buenos cristianos, ha sido objeto de discusión. Muchos adivinan en la estancia de Jonathan Harker en el castillo de Drácula una expresión subconsciente de la propia homosexualidad de Stoker. Hay teorías que aseguran que el escritor tenía sentimientos reprimidos hacia el actor Henry Irving, con el que colaboró durante su época como director del Lyceum Theatre.
En un pasaje del Diario de Bram Stoker, hay un comentario acerca de una idea para una obra que nunca fue escrita, y que parece el germen de Drácula, aunque sin los artificios sobrenaturales de la obra magna de Stoker:
«Seaport. Dos marineros aman a una chica. Uno se casa con ella, el otro jura vengarse. El marido se hace a la mar poco después de casarse y a su regreso, al cabo de unos días, ve a la luz gris de la mañana a su joven esposa crucificada en la gran cruz que se alza al final del muelle».
Es de suponer que Bram nunca superó su desconfianza hacia Wilde. De hecho, puede establecerse un claro paralelismo entre su noviazgo con Florence y la relación con Oscar, y la narración de Drácula. Las fuerzas oscuras representadas por Drácula intentan apoderarse de Jonathan y, a continuación, de Mina. Sin embargo, estas fuerzas oscuras son derrotadas por el sentido común y el buen juicio de Mina, el valor final de Jonathan y la ayuda de algunos personajes como Van Helsing entre otros. No es una analogía perfecta, pero teniendo en cuenta el momento en que la escribió, podría considerarse como algo más que una mera coincidencia.
Según esta teoría, Oscar Wilde representaría el papel de Drácula en la novela. El antiguo novio resentido que se ve atraído por su viejo amor (en este caso por una mujer con idéntico aspecto físico). Mina sería un trasunto de Florence, objeto en disputa entre los dos rivales, que se decantaría finalmente por Harker, quien, evidentemente, desempeñaría el papel de Bram Stoker. En esta alegoría, el castillo de Drácula sería visto como el deseo homosexual con el que luchaba Stoker. Henry Irving encajaría en este perfil.
Oscar Wilde
Oscar Wilde encontró el amor y se estableció con Constance Lloyd, una escritora de gran talento. Lloyd y Wilde se casaron en 1884. Según la autora Franny Moyle, «Constance y Oscar fueron felices al principio. Ella respondió a su propuesta con una nota que decía: Mientras viva, serás mi amante».
Lloyd y Wilde compartían su afición por la moda y la decoración de interiores, y se convirtieron en una de las parejas más elegante de Londres. Tuvieron dos hijos, Cyril y Vyvyan, sin embargo, el nacimiento de Vyvyan resultó complicado. Después del parto, la conexión entre ambos se enfrió, y Lloyd comenzó a pasar más tiempo fuera de casa. A su vez, los Wilde acogieron a un joven llamado Robbie Ross, quien no tardaría en convertirse en amante de Oscar.
Se desconoce cuándo Lloyd se dio cuenta de que su esposo le era infiel. De hecho, cuando Wilde envió a otro de sus amantes, Alfred «Bosie» Douglas, a recoger sus pertenencias después de una pelea, fue Lloyd quien invitó a Douglas a regresar a su hogar y a sus vidas. De todos modos, era evidente que, después del nacimiento de Vyvyan, todo había cambiado entre Lloyd y Wilde, lo que acarreó la serie de acontecimientos que llevarían a Wilde a ser encarcelado.
Oscar Wilde conoció a Lord Alfred «Bosie» Douglas, hijo del marqués de Queensberry, en 1891. No tardaron en convertirse en amantes. Douglas introdujo a Wilde en el mundo de la prostitución homosexual, y Oscar no tardó en ser asiduo a ese ambiente. Sin embargo, el padre de Douglas era un hombre conservador, y tuvo varias confrontaciones con Oscar Wilde sobre la relación que mantenía con su hijo Alfred. Estas disputas culminaron con una treta del marqués, quien dejó una tarjeta para Wilde en el club al que asistía el escritor. Había escrito un mensaje para que todo el mundo pudiera leerlo, que decía: «Para Oscar Wilde, ostentoso sodomita».
Preocupado por su imagen pública, y alentado por el propio Alfred, Wilde demandó al marqués por difamación. Este fue un error muy grave, ya que el marqués ganaría el juicio si conseguía probar sus acusaciones, lo cual era bastante sencillo. Unos meses más tarde, Wilde entraba en prisión, y cinco años después estaba muerto.
Bram Stoker
Bram Stoker murió en 1912, después de haber escrito 12 novelas a lo largo de su vida. No obstante, nunca conoció el éxito mundial de Drácula. Tras la muerte del escritor, Drácula fue la principal fuente de ingresos de Florence. La viuda estaba decidida a arrebatar el control de la narrativa de la novela a los estudios cinematográficos de Alemania y Estados Unidos, donde Drácula era muy popular, pero la familia Stoker no recibía ninguna remuneración por el uso de la propiedad intelectual. Se opuso a la producción de Nosferatu, que tomó prestadas muchísimas ideas de la obra de Stoker. Florence, con la ayuda de la Sociedad de Autores, demandó a los realizadores de la película no autorizada y fue indemnizada con cinco mil libras esterlinas. Además, consiguió que se emitiera una orden para la destrucción de todas las copias de Nosferatu. Obviamente, la destrucción no llegó a completarse.
C. G. Demian
Redactor
2 comentarios
Fascinante historia. Siempre había pensado que el genio maligno al que representa drácula era el patrón de Stoker, Henry Irving. No pensé que pudiera ser el mucho más seductor Wilde, pero eso explica muchas cosas…
Se decía en los mentideros de la época que Florence era más frígida que un tampón de hielo, bueno, pero con otra imagen, supongo, jaja, y que no había señor, ni Stoker (staka, jeje), ni Wilde ni ningún otro que no prefiriese l0s favores de un muchacho a los de cualquier niñata de chocho prieto… eso tengo entendido, eh, no lo digo yo